- 01 de noviembre de 2024
Este escenario plantea un desafío y pone en evidencia que los intereses sindicales y políticos a veces se entrecruzan, dejando un mar de dudas sobre las verdaderas intenciones.
La decisión del Municipio de Quilmes de implementar un aumento salarial acumulado que supera ampliamente la inflación para los trabajadores municipales y otorgar dos bonos especiales de 400 mil pesos ha sido recibida por el gremio ATE Quilmes con cuestionamientos, calificando la medida de "insuficiente" y ratificando la realización de un paro para el 5 de noviembre. Sin embargo, detrás de la postura gremial surgen interrogantes sobre el verdadero propósito de esta movilización en un escenario en el que muchas comunas atraviesan restricciones financieras derivadas de la crisis económica nacional, agudizada bajo la presidencia de Javier Milei.
La crítica de ATE Quilmes señala disparidades en los beneficios propuestos y exige una mesa paritaria permanente, sumada a una reforma del convenio colectivo. No obstante, en medio de un aumento que supera ampliamente los logrados en otros distritos, la decisión de insistir en una medida de fuerza parece obedecer a una lógica que trasciende las reivindicaciones laborales. Esta confrontación aparece en un momento en que el Partido Justicialista experimenta disputas internas, y la relación del titular de ATE Quilmes con el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, pone en evidencia una posible intención de tensar aún más el panorama político local.
Resulta llamativo que pese al esfuerzo del gobierno local por intentar mejorar la situación de los trabajadores en un contexto económico adverso, el gremio optara por una postura de constante reclamo. La cercanía entre dirigentes de ATE y sectores del PJ en Avellaneda ha despertado especulaciones sobre la naturaleza política detrás de esta postura y los objetivos reales que persiguen las movilizaciones convocadas.
El anuncio de incrementos y bonos en Quilmes es, a simple vista, una medida que refleja un intento de recuperar el poder adquisitivo de los trabajadores. El bono por el Día del Trabajador Municipal y la mejora en las bonificaciones por presentismo, y la reapertura de los pases a planta en 2025, se dan en el marco de ese contexto.
Por su parte, la dirigencia de ATE parece mantener una línea de confrontación, lo que sugiere que, al menos en este caso, el conflicto gremial también está alimentado por las disputas políticas del PJ en el conurbano bonaerense.
Este escenario plantea un desafío y pone en evidencia que los intereses sindicales y políticos a veces se entrecruzan, dejando un mar de dudas sobre las verdaderas intenciones de quienes representan a los trabajadores.
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