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Ayer, entre otros, declaró la mayor de las cuatro hijas que el camionero tenía con su ex esposa con quien había convivido unos 20 años.

En el juicio oral que comenzó ayer en los Tribunales penales de Quilmes, a un camionero que mató a puñaladas a su ex esposa, una mujer policía, hace casi 6 años, comenzaron a escucharse las declaraciones testimoniales sin la presencia del imputado en la sala de audiencias. A pedido del acusado, el Tribunal autorizó que no presenciara los testimonios. Ayer, entre otros, declaró la mayor de las cuatro hijas que el camionero tenía con su ex esposa con quien había convivido unos 20 años.

El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) Nº1 de Quilmes, juzga a Sergio Nicolás Maciel (46 años), por el asesinato de su ex esposa y madre de sus cuatro hijas, Verónica Flavia Cordary (37 años), ocurrido el 22 de octubre de 2017, en uno de los edificios del Barrio CGT, ubicado sobre la calle 119 entre calle 17 A y calle 18, de Berazategui.

Ayer, la fiscal de Juicio, María de los Ángeles Attarian Mena, quien le imputa a Maciel el delito de “homicidio doblemente calificado por tratarse de una persona con quien se ha mantenido una relación de pareja y por ser cometida contra una mujer por un hombre mediando violencia de género”, presentó como testigo frente al Tribunal a una hermana de la víctima.

Ante los jueces Marcela Vissio, María Cecilia Maffei y Santiago Zurzolo Suárez, Laura Cordary, manifestó que su hermana Verónica que trabajaba en la Policía Local de Berazategui, mantenía una relación conflictiva con Maciel pero que “decidió la separación cuando se enteró de una infidelidad de él con una amiga de ella”. La testigo aseguró que vio a su hermana con moretones y que ella le reconoció que Maciel “le pegaba”.

RESTRICCIÓN PERIMETRAL INEFICAZ

“Él no podía entender que mi hermana siguiera con su vida. Ella empezó una relación con un compañero de trabajo y él la insultaba y le pegaba. Hizo dos denuncias perimetrales pero no lograron parar nada. Él no la dejaba de amenazar ni hostigar”, se lamentó Laura Cordary.

EL TESTIMONIO DE LA HIJA DE LA VÍCTIMA Y EL ACUSADO

Ayer también, el Tribunal pudo escuchar a C.M.M., la hija mayor de la víctima y del acusado. La joven sostuvo que nunca presenció golpes, pero afirmó que recordaba que vio a su madre “con el ojo como si hubiera recibido una piña y con moretones en los brazos”.

Al mismo tiempo, rememoró una charla en la que su papá le dijo que si veía a su mamá “con Ezequiel, un muchacho con el que estaban conociéndose, los iba a matar a los dos y prenderlos fuego”.

Aunque describió a su padre como “muy temperamental”, no dudó en afirmar que con ella siempre fue “muy amoroso” y que “siempre fue un padre presente”.

EL AMIGO DEL ACUSADO

Otro de los testigos de ayer fue Raúl Vera, un amigo y compañero de trabajo del acusado. Ambos trabajaban como camioneros en el Puerto de Buenos Aires. Vera tenía presente ese trágico 22 de octubre de 2017, porque era un domingo que había ido a trabajar al Puerto y él se había comportado raro toda la mañana. “Teníamos radios en los camiones y él era de hacer chistes pero ese día estuvo muy callado. A mediodía él se fue sin avisar, y siempre nos íbamos juntos; entonces yo lo llamé y le reclamé y me dijo que se había ido a la casa de Verónica ‘porque me dieron la data de que trae un tipo acá adentro’, y yo le dije que se fuera de ahí”, explicó.

Horas después, Vera recibió un llamado de Maciel. “Estaba re nervioso y me dijo lo hice, la hice m….. Andate para casa y si la maté me mato”.

Vera fue quien junto a su pareja, encontraron en el comedor del departamento en un charco de sangre a Verónica Cordary, que ya estaba sin vida.

 

 

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