El 30 de septiembre de 2024, se realizará un Juicio por Jurados, en el que doce vecinos de la zona decidirán si el joven peruano, Alexander Peter Cárdenas Acuña (28 años), y Camila Isabel Satrevater (21 años), son “culpables” o “no culpables” del homicidio de Josué Quispe Albarez (40 años), quien recibió siete de los trece balazos que le dispararon el 30 de agosto de 2022, a la salida del hotel alojamiento “El Ruca”, ubicado sobre la calle Bolivia, a pocos metros de Avenida Calchaquí, en Quilmes Oeste.

Cárdenas Acuña y Satrevater, fueron detenidos poco después del asesinato de Quispe Albarez. Para la Justicia, Cárdenas Acuña fue el autor material del crimen; mientras que la joven fue la entregadora. La chica habría sido quien ingresó con la víctima al hotel alojamiento y a la salida lo esperó el joven para ejecutarlo. Ambos están acusados de “homicidio agravado por concurso premeditado de dos o más personas”, por el que podrían ser condenados a prisión perpetua.

Los imputados aspiran a lograr una condena menor, o incluso la absolución, al solicitar ser juzgados por un jurado conformado por vecinos de Quilmes, Berazategui y Florencio Varela.

Cabe recordar, que en un Juicio por Jurados, para que haya una condena, se necesita que diez de los doce miembros del Jurado estén de acuerdo; y en los casos de condena a prisión perpetua, es necesario que haya unanimidad.

Por lo pronto, el Juicio por Jurados está agendado para el 30 de septiembre del año próximo y el juez Rodrigo Bagini, del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) Nº2 de Quilmes será quien intervendrá en este juicio brindando las instrucciones a los doce integrantes del Jurado.

En tanto, a cargo de la grave acusación que pesa sobre Alexander Cárdenas Acuña y Camila Satrevater, se encontrará el fiscal de Juicio Sebastián Videla.

UN CRIMEN SICARIO VINCULADO AL NARCOTRÁFICO

Aunque durante la investigación se conoció que del homicidio de Josué Quispe Albarez, habrían participado otras dos personas, además de los mencionados que llegan a juicio detenidos, hasta ahora no han sido apresadas.

Al momento del arresto de Cárdenas Acuña y Satrevater, un allegado al caso, había expresado: “La víctima vendía droga. Le hacen ‘el entre’ un grupo de sicarios que operan en la Argentina y en Perú que están vinculados al narcotráfico. Con la complicidad de la joven (Satrevater) lo esperaron a la salida del hotel, donde lo ejecutaron”.

Por otro lado, los investigadores se basaron en un chat de WhatsApp donde se mencionó que habían llevado a cabo el crimen de Quispe Albarez: “Acá también al ‘tatun’ le volé la cabeza”, indicaba uno de los mensajes enviados entre dos miembros de la organización sicaria.