- 15 de febrero de 2022
La audiencia 55 del Juicio Brigadas se desarrolló ayer y contó con el testimonio de Fernando García, sobreviviente del Pozo de Quilmes; y Diego Genoud Santucho, hijo de Manuela Santucho, quien permanece desaparecida.
García
mencionó a una mujer embarazada detenida en el centro clandestino de detención
y exterminio, caso que ni siquiera aparece en el listado de víctimas de este
juicio.
El Tribunal
Oral Federal 1 de La Plata -que está integrado por Walter Venditti, Esteban
Rodríguez Eggers y Ricardo Basilico- juzga a 17 represores, entre ellos a
Miguel Etchecolatz y el ex médico policial quilmeño Jorge Antonio Berges por
las torturas, homicidios y ocultamiento de menores en perjuicio de casi 500
víctimas alojadas en tres centros clandestinos de detención durante la última
dictadura cívico-militar. Es transmitido por La Retaguardia, la Justicia y la
Comisión Provincial por la Memoria (CPM).
Son
juzgados, por los delitos cometidos en el Pozo de Banfield y el Pozo de
Quilmes, el ex ministro de Gobierno bonaerense durante la dictadura, Jaime
Smart; el ex director de Investigaciones de la Policía bonaerense, Miguel
Etchecolatz; el ex médico policial Jorge Antonio Berges; Federico Minicucci;
Carlos Maria Romero Pavón, Roberto Balmaceda y Jorge Di Pasquale. También son
juzgados Guillermo Domínguez Matheu; Ricardo Fernández; Carlos Fontana; Emilio
Herrero Anzorena; Carlos Hidalgo Garzón; Antonio Simón; Enrique Barré; Eduardo
Samuel de Lío y Alberto Condiotti. Por los crímenes de lesa humanidad cometidos
en “El Infierno” también están imputados Etchecolatz, Berges y Smart. Miguel
ángel Ferreyro falleció en el transcurso del juicio, estaba imputado por los
delitos cometidos en la Brigada de Lanús.
Diego
Genoud, hijo de Manuela Elmina Santucho, quien fue detenida el 13 de julio 1976
en Villa Crespo. Trabajaba en un estudio de abogados y era militante del
Partido Revolucionario de los Trabajadores – Ejército Revolucionario del
Pueblo. “Mi vieja está desaparecida, tenía 36 años cuando la secuestraron”,
comenzó el testimonio del joven. Junto a ella, fueron secuestradas Alicia
D´Ambra y Cristina Navajas, quienes estaban embarazadas. Su primo Miguel
Santucho declaró en junio del año pasado por este mismo caso.
“El Poder
Judicial siempre me generó desconfianza, más allá de que hay hombres y mujeres
valiosas que trabajan en la Justicia. Lo veo como una caja de resonancia de las
luchas sociales. Me interesa dar testimonio, pero siempre en este marco, de
pensarlo como una vía más. Durante siete años milité en HIJOS, en la Mesa de
Escrache, y siempre defendí otra noción de justicia, que surge desde abajo”,
precisó.
Luego
declaró Fernando García, sobreviviente del genocidio. “Llego al Pozo de Quilmes
después de un mes en el Vesubio y de una semana en una comisaría que nunca pude
identificar plenamente pero según me dicen es Monte Chingolo en Lanús. Llegué
de madrugada, encapuchado, con las manos atadas y en ropa interior”, recordó.
Y describió
el tormento: “El régimen de guardia era de 24 x 48. Como en casi todas las
cosas, había un grupo que era un poco más tolerante y otros más duros. Siempre
recuerdo que había uno que llegaba y decía ´Buenos días, soy Tatú y para
ustedes soy Dios porque decido quien vive y quien muere´. Volcaban la comida en
el piso y teníamos que comer de ahí, una vez por día pasaban con un tacho para
hacer nuestras necesidades fisiológicas”, sostuvo. Fue liberado y se exilió a
Brasil.
La
audiencia pasó a un cuarto intermedio hasta el martes próximo, no sin antes
determinar que se librará un oficio de forma “urgente” a la Comisión Nacional
por el Derecho a la Identidad para que notifique sobre la posibilidad de un
nuevo caso de una mujer embarazada detenida, mencionado por García durante su
exposición, en el Pozo de Quilmes. La solicitud fue de Emanuel Lovelli, abogado
que representa a Abuelas de Plaza de Mayo. Se trata de Beatriz Alicia Lenain,
quien fue vista en el Pozo de Quilmes por el testigo. Hasta el momento se
desconocía que pasó por ese centro clandestino de detención y la posibilidad
del embarazo.
Trabajadora
estatal y militante peronista, secuestrada el 5 de febrero de 1977 de su
domicilio, en Lanús Oeste (Buenos Aires), en un operativo ilegal de detención y
posterior desaparición forzada. Tenía 27 años.
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