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La Diócesis de Quilmes peregrinó ayer a la Virgen de Luján, y esta vez, luego de dos años, lo pudo hacer de manera presencial para celebrar la 44ª edición de esta fiesta en honor a la Virgen.

"Con María nos ponemos en camino" fue el lema que acompañó esta jornada, en la que se rezó "por la paz y la fraternidad entre todos los argentinos". El Padre Obispo Carlos José Tissera presidió la Misa en la Plaza que se encuentra frente a la Basílica para una importante multitud que acudió desde las todas las comunidades de los partidos de Florencio Varela, Berazategui y Quilmes, junto con el Obispo Juan Carlos Romanín Salesiano de Don Bosco, emérito de Río Gallegos, y los sacerdotes y diáconos de la Diócesis.

En su homilía, el Obispo de Quilmes se alegró de "poder juntarnos nuevamente aquí, para visitar a nuestra querida Madre, la Virgencita de Luján, patrona de la Patria". Y porque se pudo decir "Presente, como desde hace casi 45 años lo hace la Diócesis de Quilmes. Es un legado que nos ha dejado el inolvidable Padre Obispo Jorge Novak, imborrable en nuestro recuerdo agradecido".

El Obispo Tissera hizo mención a la Colecta "Más por Menos" que se celebró este fin de semana en todo el país, y recordó que "la situación socioeconómica del país, con altos niveles de pobreza debida a múltiples causas, sigue causando mucho sufrimiento en las familias. Necesitamos encontrarnos para fortalecernos en el caminar, al calor de la ternura de la Madre del Cielo".

Asimismo Tissera saludó a las y los docentes que "en la pandemia fueron una luz en la oscuridad" y recordó las palabras del presidente del Consudec Adrián álvarez "En tiempos en que la sociedad pareciera priorizar el conflicto, volvamos a recordar las reglas de convivencia que aprendimos en la escuela, de nuestros maestros: el respeto por el otro, la posibilidad de diálogo, el valor de la palabra". El Obispo de Quilmes reconoció también a los «samaritanos de la pandemia», "servidores de verdad que, aún a riesgo de sus vidas, no bajaron la guardia para aliviar el dolor físico y moral que nos golpeó tan duramente. [...] A los que se organizaron para que no faltara el pan de cada día en los barrios y comunidades, a todas las voluntarias y voluntarios de comedores, merenderos, hogares y refugios, muchos de ellos jóvenes con el sólo afán de servir."

Durante la celebración el sacerdote Lucas García, Rector del Santuario, se acercó a saludar a la comunidad diocesana que se hizo presente en Luján.

Luego de la Misa, la fiesta popular continuó en el predio de los maristas, donde finalizó la tarde con el rezo del Rosario y la bendición final.

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