- 28 de abril de 2021
El pedido fue formulado por la fiscal del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil de Quilmes María Julia Botasso, y recae sobre los tres jóvenes que están detenidos por el caso.
Una fiscal
pidió que tres adolescentes vayan a juicio oral acusados de haber asesinado de
un balazo a la oficial de la Policía Federal Argentina (PFA) Micaela Romero
cuando en agosto pasado, en plena pandemia por el coronavirus, salió a comprar
cigarrillos y no quiso entregarle su celular a un grupo de motochorros en un
asalto ocurrido en Quilmes Oeste, informaron hoy fuentes judiciales.
El pedido
fue formulado por la fiscal del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil de
Quilmes María Julia Botasso, y recae sobre los tres jóvenes que están detenidos
por el caso, dos que actualmente tienen 17 años y habían sido arrestados el año
pasado, y un tercero de 18 que fue aprehendido el viernes último y ya cuenta
con prisión preventiva.
La fiscal presentó
su requerimiento de elevación a juicio ante el Tribunal de Responsabilidad
Penal Juvenil 2 de Quilmes, a cargo de los jueces Alejandro Paccioretti, Gladys
Krasuk y Analía Consolo, y la imputación para los acusados, que al momento de
hecho tenían entre 16 y 17 años, es por "homicidio en ocasión de robo
doblemente agravado".
"La
causa tiene dos mil fojas y tuvo un trabajo que llevó nueve meses, con doce
allanamientos y cantidades de pericias de parte de todo el equipo de la
fiscalía. Ahora, con las pruebas que tenemos recolectadas, vamos a probar que
los acusados son los que mataron a Romero", contó la fiscal
Botasso.
"Se
trata de una investigación compleja. No vamos a exponer nada porque se trata de
una causa en la que están implicados menores de edad, pero todo está listo para
que antes de fin de año se pueda tener una condena para los tres
procesados", agregó la funcionaria judicial.
Por otra
parte, Juan Carlos Romero, el padre de la víctima, dijo hoy que espera que “se
haga justicia” por su hija y que “los asesinos que le quitaron la vida paguen
en la cárcel y se pudran en donde están”.
“Espero que
los jueces estén a la altura y hagan justicia por Micaela y por tantos policías
que mueren por manos de delincuentes", agregó.
"A mi hija
la mataron por un teléfono celular. Yo como padre voy a dar toda mi vida para
que mi hija pueda descansar en paz. Le arrebataron la vida tan joven por la
nada misma. Si hubiera pena de muerte en Argentina, seguro la pido para los
responsables del crimen de mi hija", finalizó el padre de la joven
policía, que fue asesinada a pocos meses de haberse recibido como miembro de la
PFA.
Micaela
Romero tenía de 23 años, era madre de una nena de dos, tenía un año de
antigüedad en la fuerza y se desempeñaba en la División Protección Residencia
Presidencial de Olivos y Operaciones de la PFA, aunque estaba de licencia
médica cuando fue asesinada.
Su crimen
fue cometido en plena pandemia por la Covid-19, cerca de las 7 de la mañana del
domingo 16 de agosto del año pasado, que era el Día del Niño, cuando se
encontraba vestida de civil y, junto a un amigo, fue a comprar cigarrillos a un
comercio ubicado en la calle 395 y avenida Carlos Pellegrini, de La Cañada, de
Quilmes Oeste.
En esas
circunstancias, varios delincuentes en motos los interceptaron con fines de
robo y Romero se encontraba sin su arma reglamentaria.
Tras el
hecho, los familiares contaron a la prensa que los delincuentes le sacaron las
zapatillas y el celular al joven que acompaña a la víctima y cuando Micaela no
quiso entregar su teléfono, la reconocieron como policía y le efectuaron un
tiro en el pecho.
"Tirale
que es cobani. Tirale que es cobani”, le dijo uno de los delincuentes a otro al
momento de robo y al reconocer a Romero.
Los
investigadores señalaron que la oficial recibió un disparo a la altura del
tórax mientras que los delincuentes alcanzaron a sustraerle también a ella el
celular para luego escapar.
Tras el
ataque, la oficial de la PFA fue trasladada en grave estado por un grupo de vecinos
al Hospital El Cruce de Florencio Varela, donde ingresó inconsciente y falleció
a los pocos minutos producto de la herida sufrida.
A un mes y
medio del hecho, la propia vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de
Kirchner, se reunió en su despacho del Senado con María Constante, la madre de
Romero, junto a la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, para acompañar el
pedido de justicia de la familia.
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