Participaron bomberos de Solano, buzos especializados, miembros de la Policía Federal y funcionarios de la Secretaría de Seguridad de la Nación. La operación, que se desarrolló sin previo aviso público, alarmó a los vecinos de la zona.

La presencia de fuerzas de seguridad, junto con la entrada de vehículos oficiales, generó inquietud entre los residentes, quienes temieron la posibilidad de que alguien hubiera sufrido un accidente en los espejos de agua. Los rumores sobre un posible ahogamiento comenzaron a circular rápidamente, acrecentando la preocupación.

Finalmente, ya caída la noche, funcionarios nacionales se encargaron de aclarar la situación, informando que se trataba de un simulacro planificado. Las maniobras, parte de un protocolo de entrenamiento, tuvieron como objetivo mejorar la respuesta ante eventuales emergencias en este tipo de cuerpos de agua.

El operativo dejó a la vista la necesidad de realizar ejercicios de esta naturaleza, pero también subrayó la importancia de comunicar a la comunidad local para evitar confusiones y alarmas innecesarias.