- 22 de febrero de 2022
Un testigo relató hoy el secuestro y torturas que sufrió su padre en el excentro clandestino de Pozo de Quilmes durante la última dictadura militar y denunció la complicidad de la empresa automotriz Peugeot con la última dictadura cívico militar.
Se trata de
Sergio Maly, hijo de Alberto Felipe Maly, trabajador de la empresa Peugeot que
en septiembre de 1977 fue secuestrado en su casa de La Plata y estuvo detenido
en el Pozo de Quilmes, la comisaría de Valentín Alsina y luego puesto a
disposición del Poder Ejecutivo Nacional (PEN).
Maly fue
recluido en la unidad carcelaria número 9 de La Plata, donde recuperó la
libertad en octubre de 1979 para partir al exilio junto con su familia.
"La
empresa fue cómplice del desastre que hicieron. Mi padre trabajaba en el sector
estampado de Peugeot, en el mantenimiento eléctrico. Estuvo 11 años en ese
lugar", relató Maly ante el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata que juzga
a 17 represores, entre ellos Miguel Etchecolatz, por los delitos cometidos
contra casi 500 víctimas cautivas en los excentros clandestinos de Pozo de
Banfield, Pozo de Quilmes y El Infierno de Lanús.
En su
declaración, Sergio recordó que en una oportunidad, los trabajadores de Peugeot
fueron a un paro y "los militares tomaron la fábrica".
"Las
mujeres y los trabajadores se acostaban en el suelo para evitar el avance de
los tanques militares", detalló el hombre, quien apuntó que en esa
oportunidad su padre y otros 11 trabajadores fueron designados por sus
compañeros para hablar con los uniformados y logrando que se retiraran del
predio de la empresa.
"Los
obreros no llamaron a los militares para reprimir un paro, fue la patronal.
Todos los que estuvieron en esa comisión (elegida por los trabajadores) fueron
llevados y varios continúan desaparecidos", remarcó el declarante.
El 15 de
septiembre de 1977, un grupo de tareas irrumpió y copó la casa donde vivía
Alberto Maly y su familia, en la capital bonaerense.
Los
represores permanecieron en el domicilio a la espera de la llegada del
trabajador, a quien secuestraron en la madrugada del día siguiente.
"El
grupo de tareas apuntó con sus armas a mi hermano que en ese entonces tenía
siete años y aún tiene secuelas psicológicas de todo lo vivido", expresó
Sergio Maly, que ese día estaba cumpliendo el servicio militar.
Sergio no
estaba en la vivienda pero semanas más tarde también fue detenido y llevado a
Campo de Mayo y a un lugar de detención ubicado en la localidad de Los Polvorines.
Tras
relatar la búsqueda de la familia por el paradero de Alberto Maly, el testigo
explicó que, finalmente, tras un año cautiverio su padre fue liberado.
"Nos
contó que estuvo en el Pozo de Quilmes, que fue torturado. Estaba flaco,
destrozado. Le daban de comer basura y contaba que a veces los sacaban de las
celdas, los hacían formar en fila y a quienes nombraban los hacían dar un paso
adelante y se los llevaban", precisó.
Sergio
aseguró ante los magistrados que su padre supo que a quienes nombraban y hacían
salir de la fila en ese excentro clandestino "los llevaban a un avioncito
y los tiraban al río".
"Un
día mi abuelo vino con un diario Clarín que publicaba una lista de personas
puestas a disponibilidad del PEN y en la que figuraba mi papá, que estaba con
nosotros en casa. Y al día siguiente de eso, volvió el grupo de tareas a
buscarlo, que tenía que ir a la comisaría de Valentín Alsina, le decían que era
para firmar unos papeles. Lo acompañó mi mamá. Y de ahí lo llevaron a la unidad
9. Ahí pasó otro año. Salió en octubre de 1979 y nos exiliamos", relató.
Maly
aseguró en el final de su declaración en esta audiencia, que "no vine a
declarar por odio o venganza, sino por justicia".
"La
mejor venganza, si se quiere, es que no lograron destruirnos como familia,
mantuvimos los lazos, el amor, la familia", remarcó con énfasis.
Durante
esta audiencia también declaró Roberto Tedoldi, compañero de trabajo y
militancia de Alfredo Piñero, cuyo caso se trata en este juicio.
Ambos
trabajaban en la fábrica Siam y eran militantes peronistas, y Tedoldi relató la
lucha de Piñero en favor de los trabajadores y remarcó que "luchaba por un
mundo mejor".
El TOF 1,
integrado por Walter Venditti, Esteban Rodríguez Eggers y Ricardo Basilico,
juzga por los delitos cometidos en el Pozo de Bánfield y el Pozo de Quilmes al
ex ministro de Gobierno bonaerense durante la dictadura, Jaime Smart; al
exdirector de Investigaciones de la Policía bonaerense, Miguel Etchecolatz; el
exmédico policial Jorge Antonio Berges y a los imputados Federico Minicucci;
Carlos Maria Romero Pavón, Roberto Balmaceda y Jorge Di Pasquale.
También
juzga a Guillermo Domínguez Matheu; Ricardo Fernández; Carlos Fontana; Emilio
Herrero Anzorena; Carlos Hidalgo Garzón; Antonio Simón; Enrique Barré; Eduardo
Samuel de Lío y Alberto Condiotti.
Por los crímenes de lesa humanidad cometidos en el centro conocido como "El Infierno" también están imputados Etchecolatz, Berges y Smart y el ex policía Miguel ángel Ferreyro.
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