El insólito episodio ocurrió este miércoles durante una recorrida de rutina de efectivos de la Comisaría Primera de Quilmes. En la intersección de calles céntricas, los uniformados fueron requeridos por una mujer, quien se encontraba al lado de un Volkswagen color gris.

Según relató, había cerrado el auto con las llaves adentro y solicitó ayuda para abrirlo. Los agentes accedieron al pedido y rompieron uno de los vidrios para rescatar el juego de llaves. Sin embargo, al requerirle la documentación correspondiente del rodado, comenzaron las sospechas.

La mujer presentó un certificado 08, el título digital y la cédula del vehículo. No obstante, al consultar los datos de la patente, todo parecía estar en regla, pero las numeraciones de motor y chasis no coincidían con la placa colocada. Al profundizar la verificación, los oficiales comprobaron que el auto en realidad tenía pedido de secuestro activo desde el 4 de noviembre de 2023, por un hecho de robo automotor en jurisdicción de la Comisaría La Matanza Oeste Primera, con intervención de la UFI N°12 del Departamento Judicial de La Matanza.

Ante esta situación, los efectivos procedieron a incautar el vehículo y trasladar a la mujer a la Comisaría Primera de Quilmes, donde se le dio intervención a la UFI N°7 del Departamento Judicial Quilmes. Allí se iniciaron las actuaciones correspondientes por "Averiguación de ilícito" y el auto quedó incautado en el marco de la causa.

El hecho generó sorpresa entre los vecinos de la zona y reabre el debate sobre los controles en la compra-venta de autos usados, donde muchos vehículos robados son "reempadronados" con documentación apócrifa y vendidos a terceros que desconocen su procedencia ilegal.