Este proyecto, que se ejecutará entre agosto y noviembre de 2025, marca el último tramo de una inversión total que asciende a los 850 millones de dólares, originalmente aprobada en 2016, y que ha sido clave en el proceso de expansión y actualización tecnológica de la refinería.

El plan de modernización incluye una serie de instalaciones de alta tecnología diseñadas para mejorar la eficiencia y la sostenibilidad de la refinería que pertenece a la empresa Raizen (exShell). Entre las innovaciones destacan la ampliación de la destiladora de crudo, preparada para procesar crudo de Vaca Muerta, y la implementación de una tratadora de azufre para gasoil, que permitirá reducir emisiones y cumplir con estándares ambientales más estrictos.

Demoras y restricciones: del 2022 al 2025

La obra, originalmente proyectada para finalizar en 2022, ha sufrido demoras debido a las restricciones cambiarias y al contexto económico, lo que empujó su finalización a fines de 2025. Entre las nuevas instalaciones que forman parte de este ambicioso proyecto también se encuentran una planta generadora de hidrógeno, clave para los procesos de refinación, una planta tratadora de agua, una tratadora de azufre para nafta, y una turbina de gas para generación eléctrica.

Un paso más hacia la sustentabilidad y la eficiencia

El "upgrade" de la planta catalítica de nafta, que se concretará con la instalación de estos recipientes gigantes, es uno de los componentes más avanzados del proyecto. En este sentido, las mejoras permitirán bajar la cantidad de azufre tanto en las naftas como en el gasoil. Esta mejora permitirá una mayor eficiencia en la producción de nafta y productos derivados, además de reducir el impacto ambiental, consolidando la refinería como una de las más tecnológicamente avanzadas de la región.