- 18 de mayo de 2021

Delia Giovanola, una de las fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo, relató ayer la búsqueda de su nieto Martín Ogando, nacido en cautiverio en el Pozo de Bánfield durante la última dictadura.
"Delia, se llevaron a los
chicos´ me dijo Liliana, la hermana melliza de mi nuera, y yo no entendía nada,
empecé a los gritos a preguntar ¿quién, dónde, cómo? y ese día, el 16 de
octubre de 1976, cambió mi vida para siempre, hasta ahí era una maestra de
grado, una persona común, con una familia", recordó Delia Giovanola ante
el Tribunal Oral Federal N° 1 de La Plata.
Desde el 27 de octubre último, el
TOF 1 juzga a 17 represores, entre ellos Miguel Etchecolatz, por los
secuestros, torturas, crímenes y abusos sexuales cometidos en los centros
clandestinos de detención conocidos como Pozo de Banfield, Pozo de Quilmes y El
Infierno, en Lanús.
La mujer de 94 años recordó así
cómo se enteró del secuestro de su único hijo, Jorge Ogando, junto a su esposa,
Stella Maris Montesano, embarazada de 8 meses, el 16 de octubre de 1976, en la
ciudad de La Plata quedando en su vivienda, durmiendo sola en su cuna a
Virginia, la hija de 3 años de la pareja.
De inmediato, Delia Giovanola, se
hizo cargo de la crianza de su nieta, que aseguró hoy ante el tribunal
"siento que está aquí acompañándome en este momento, como lo hizo durante
35 años. Ella también fue una víctima de ese genocidio" y exhibió una foto
de Virginia Ogando, quien se quitó la vida en el 2011, tras años de acompañar a
Delia en la búsqueda de su hermano, Martín, nacido más tarde en cautiverio.
Contó que en una oportunidad, se
acercó a la escuela donde trabajaba Adela Atencio, que buscaba a su hijo, para
proponerle ir a la Plaza de Mayo, donde habían comenzado a reunirse varias
mujeres que buscaban a sus hijos e hijas desaparecidas.
"¿Qué vamos a hacer en Plaza
de Mayo?, ¿quién nos va a ayudar en la Plaza de Mayo? Le dije que no, que no
podía faltar de la escuela, y así dejé pasar tiempo. Demoré todo, y recién fui
el primer jueves de diciembre de 1976, fuimos juntas con Adela, las dos solitas
y, al llegar a la Plaza, vimos gente que iba y venía, hasta que por ahí vimos 2
o 3 personas conversando paradas y nos dirigimos a ellas. Una era Azucena
Villaflor", relató Delia.
La mujer afirmó que "a mí me
parieron las Madres (de Plaza de Mayo), yo salí como Abuela de la ronda de las
Madres un jueves en que una de ellas se puso a orillas de la ronda y dijo: ´si
hay alguna madre o suegra de embarazada que salga de la ronda´, y ahí salí yo,
ahí nací como Abuela de Plaza de Mayo".
"No hay manual que te enseñe
cómo buscar un hijo y tampoco hay libro que te enseñe a buscar un nieto",
remarcó.
Recordó que llegaron a ser 12
abuelas buscando a sus nietos y resolvieron fundar la institución "Abuelas
Argentinas con Nietos nacidos en cautiverio", primer nombre que le
pusieron a la asociación.
Delia Giovanola expresó que
"ya éramos conocidas como ´Las locas de Plaza de Mayo´ y la gente nos
esquivaba, huía porque la campaña en contra de ´las locas´ era permanente. El
único periódico que hablaba de Madres y Abuelas era el Buenos Aires Herald, los
otros hablaban de ´Las Locas´".
"El director de ese diario,
Roberto Cox nos dijo que le constaba que la suerte de las embarazadas estaba
sellada porque no iban a poder liberar a ninguna madre sin su bebe y le constaba
que la Marina y la Aeronáutica tenía una lista de matrimonios sin hijos que
esperaban que las embarazadas (secuestradas) tuvieran a su bebé", precisó.
En 1978 tuvo noticias sobre el
nacimiento de su nieto a través de Herenia López Osornio, quien le dijo que una
joven que había sido liberada en diciembre de 1976, Alicia Carminatti, le había
contado detalles del nacimiento de Martín Ogando.
"Ella dijo que Martín había
nacido el 5 de diciembre de 1976, en cautiverio, que Stella lo tuvo atada de
manos, sobre una camilla que era una puerta de chapa. Que lo tuvo 5 días con
ella y luego volvió sola a la celda, con un trozo de cordón umbilical del nene,
cordón que fue pasando de celda en celda hasta que llegó a donde estaba Jorge,
que fue lo único que pudo ver de su hijo. Y le llegó con el mensaje: ´hacé de
cuenta que Virginia volvió a nacer, porque es igualito a Virginia cuando
nació", recordó.
Delia afirmó que a partir de ese
día "mi búsqueda se centró e buscar un nieto varón, rubio y de ojos
celestes" y remarcó que en su búsqueda "estuvo siempre Virginia"
y el Banco Provincia, donde trabajaba la joven y anteriormente Jorge Ogando.
Su nieto Martín Ogando había sido
adoptado por un matrimonio y creció sabiéndolo, y recién en el 2015, a la
muerte de la pareja que lo crió, se acercó a Abuelas para resolver las dudas
que tenia sobre su identidad.
Recordó cuando se enteró que
había aparecido y la contactaron con él por teléfono: "tomé el tubo como
un micrófono y grité ´Martin, Martín te encontré´" y comenzaron las
preguntas de Martín, sobre 39 años de su vida".
"Jorge y Stella siguen
desaparecidos, sin un lugar dónde las familias puedan llevarles una flor, por
eso continuamos pidiendo Memoria, Verdad y Justicia y juicio y castigo a los
culpables porque ellos no se han arrepentido nunca", concluyó.
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