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A continuación, algunos de los párrafos más relevantes de la carta del Obispo de Quilmes a la comunidad eclesiástica en el marco de la XXX Jornada Mundial del Enfermo del próximo 11 de febrero

Con motivo de la Jornada Mundial del Enfermo que se avecina el próximo 11 de febrero, el Obispo de Quilmes, Carlos Tissera, aprovechó para recordar que “la pandemia no ha terminado” y reconoció que en la Diócesis quilmeña  “hemos experimentado los embates de la pandemia experimentando muy cercana la enfermedad y la muerte”.

En ese marco, destacó el trabajo realizado por el personal de la Salud: “Queridos agentes sanitarios, su servicio al lado de los enfermos realizado con amor y competencia, trasciende los límites de la profesión para convertirse en una misión”.

A continuación, algunos de los párrafos más relevantes de la carta del Obispo de Quilmes a la comunidad eclesiástica en el marco de la XXX Jornada Mundial del Enfermo del próximo 11 de febrero:

* “La pandemia no ha terminado. Si bien la vacunación ha mitigado grandemente los efectos terribles del Covid-19, aún siguen los contagios y todos experimentamos las consecuencias múltiples de esta terrible tormenta que se desató sobre la humanidad entera”.

 

*”Como en tantos lugares, en estos tres partidos bonaerenses de Berazategui, Florencio Varela y Quilmes que conforman nuestra Diócesis, hemos experimentado los embates de la pandemia experimentando muy cercana la enfermedad y la muerte. Lo hemos vivido en el seno de las familias de nuestras parroquias; muchos de esos enfermos han sido catequistas, servidores de Cáritas, seminaristas, diáconos, religiosas, religiosos y sacerdotes. Lamentablemente algunos de esos agentes pastorales fallecieron. Ante una realidad tan cruda e inédita, seguramente hubo equivocaciones, improvisaciones, impotencia. Pero sobre todo es digno destacar el espíritu de servicio que primó sobre tantas negatividades. No nos cansaremos de agradecer a Dios porque suscitó en el corazón de muchas personas las actitudes y gestos del buen samaritano. Han sido innumerables. La mayoría han sido anónimas, otras trascendentales. Por ahí anduvo Dios, que nunca abandona”.

 

* “Con el Papa Francisco también decimos: “La invitación de Jesús a ser misericordiosos como el Padre adquiere un significado particular para los agentes sanitarios. Pienso en los médicos, los enfermeros, los técnicos de laboratorio, en el personal encargado de asistir y cuidar a los enfermos, así como en los numerosos voluntarios que donan un tiempo precioso a quienes sufren. Queridos agentes sanitarios, su servicio al lado de los enfermos, realizado con amor y competencia, trasciende los límites de la profesión para convertirse en una misión. Sus manos, que tocan la carne sufriente de Cristo, pueden ser signo de las manos misericordiosas del Padre. Sean conscientes de la gran dignidad de su profesión, como también de la responsabilidad que esta conlleva”.

 

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