- 08 de julio de 2021
Una fiscal de juicio pidió hoy 25 años de prisión para los tres jóvenes acusados del crimen de Micaela Romero, la integrante de la Policía Federal Argentina (PFA) asesinada por "motochorros" que la asaltaron el año pasado en el barrio Kolynos de Quilmes.
Durante los
alegatos que se desarrollaron desde las 10 ante el Tribunal de Responsabilidad
Penal Juvenil 2 quilmeño, el particular damnificado coincidió con el pedido de
la fiscal de ese mismo fuero, María Julia Botasso.
Según las
fuentes, la instructora judicial pidió que se condene a los acusados -dos
jóvenes de 18 años y uno de 17- por el delito de "homicidio en ocasión de
robo doblemente agravado".
Por su
parte, la defensa de los imputados requirió la absolución ante los jueces
Alejandro Paccioretti, Gladys Krasuk y Analia Consolo.
Tras los
alegatos, que fueron acompañados por una marcha en la puerta de los tribunales
encabezada por la madre de la víctima, María Constante; los magistrados
adelantaron que el lunes próximo notificarán a las partes cuándo darán a
conocer el veredicto.
El juicio
comenzó el lunes pasado en forma presencial con la declaración de testigos
propuestos por las partes acusadoras y la reproducción de las escuchas
telefónicas realizadas durante la instrucción de la causa.
Las fuentes
judiciales indicaron que uno de los testigos presenciales colocó a uno de los
dos acusados de 18 años en la escena del crimen.
Por su
parte, Constante dijo que espera "una condena ejemplar", aunque sabe
que "la prisión perpetua acá en Argentina no existe y menos para
menores".
Micaela
Romero tenía de 23 años, era madre de una nena de 2 y tenía un año de
antigüedad en la fuerza, donde se desempeñaba en la División Protección
Residencia Presidencial de Olivos y Operaciones de la PFA, aunque estaba de
licencia médica cuando fue asesinada.
Actualmente,
la hija de Micaela vive con su padre en una casa que el hombre construyó junto
a la mujer asesinada en la parte de atrás del terreno donde se ubica también la
vivienda de Constante, en el barrio Kolinos, de Quilmes.
El crimen
de Micaela fue cometido cerca de las 7 del domingo 16 de agosto del año pasado,
en el que se celebraba el Día del Niño.
La policía,
que estaba vestida de civil y no llevaba su arma, fue junto a un amigo a
comprar cigarrillos a un comercio ubicado en calle 395 y avenida Carlos
Pellegrini, de La Cañada, Quilmes, cuando ambos fueron abordados por varios
delincuentes que iban en moto.
De acuerdo
con lo determinado luego, los asaltantes le robaron las zapatillas y el celular
al amigo de Romero y cuando Micaela se negó a entregar su teléfono se dieron
cuenta de que era policía y le efectuaron un disparo en el pecho.
"Tirale
que es cobani. Tirale que es cobani", le dijo uno de los delincuentes a otro
al momento de robo y al reconocer a Romero.
Los
investigadores dijeron que la oficial recibió un disparo a la altura del tórax,
mientras que los delincuentes alcanzaron a sacarle el celular para luego
escapar.
Tras el
ataque, Romero fue trasladada en grave estado por un grupo de vecinos al
Hospital El Cruce, de Florencio Varela, donde ingresó inconsciente y falleció a
los pocos minutos producto de la herida sufrida.
A un mes y
medio del hecho, la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de
Kirchner, se reunió en su despacho del Senado con Constante y la intendenta de
Quilmes, Mayra Mendoza, para acompañar el pedido de justicia de la familia.
Pocos días después, la ministra de Seguridad, Sabina Frederic, recibió a los padres de Romero y les expresó su "pesar y compromiso" por contribuir al esclarecimiento del caso.
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