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El entrenador de Quilmes, Sergio Rondina, expresó una mezcla de sensaciones tras el empate frente a Nueva Chicago. Aunque reconoció no estar completamente satisfecho con el resultado, valoró el rendimiento de su equipo en el campo de juego.

"No puedo decir que estoy feliz porque no ganamos el partido, pero creo que, por la instancia en la que jugamos y el rival que tuvimos enfrente, hicimos un gran partido", afirmó.

Rondina destacó el dominio de Quilmes durante gran parte del encuentro. "Durante ochenta minutos fuimos superiores: generamos oportunidades, ganamos las divididas, intentamos jugar y no recurrimos a pelotazos frontales. Tratamos de darle buen destino a la pelota y lo buscamos hasta el final", señaló el técnico, quien felicitó a sus jugadores por el esfuerzo. Además, resaltó la capacidad del equipo para "dar la cara" en cada partido, independientemente de si juegan en el Estadio Centenario o fuera de casa. "El sábado tendremos otra oportunidad para demostrarlo. Ojalá podamos torcer la historia y conseguir la victoria", comentó, confiado en el desempeño del equipo.

"El equipo ha crecido mucho y sigue creciendo", añadió Rondina, destacando la madurez que Quilmes demostró en el campo durante este encuentro clave. "Este es el camino. El sábado será un partido distinto, con otro contexto, y debemos saber jugarlo de principio a fin, mantener el orden y la concentración", señaló, aludiendo a la importancia de no precipitarse y de jugar cada minuto con inteligencia.

El DT también subrayó el control que Quilmes tuvo sobre su rival: "La única jugada clara de Chicago fue por un error nuestro, pero en general el equipo no sufrió defensivamente. Jugamos, encontramos espacios, fuimos precisos y animados en nuestra propuesta". Sin embargo, lamentó la falta de efectividad de cara al arco contrario: "En otros partidos, llegamos menos y convertimos; esta vez generamos mucho pero no logramos marcar. Aun así, me quedo tranquilo con cómo se plantó el equipo y la superioridad que mostramos a lo largo de todo el partido".

Rondina cerró su análisis mirando hacia el futuro inmediato: "El próximo partido no será fácil para nosotros, pero tampoco lo será para ellos. Vamos a dar pelea y estoy seguro de que este equipo está preparado para lo que viene".

Este análisis del técnico refleja el compromiso de Quilmes con un fútbol ordenado, de buen juego y con la esperanza de encontrar la victoria en los partidos decisivos.

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