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Rita Viviana Catrihual, nacida en Quilmes, es la Archivista del Departamento de Estudios Históricos Navales, Casa Amarilla. Después de 15 años de servicio se encuentra próxima a jubilarse.

Al pasar las puertas del edificio donde funciona el Departamento de Estudios Históricos Navales –conocido como Casa Amarilla-, el ambiente se impregna de historia y tradición. El lugar --que en otro tiempo fue la casa de la familia del Almirante Brown-- está decorado con reliquias navales, libros antiguos, fotografías que narran las epopeyas y desafíos de la navegación argentina a lo largo de los siglos.

Los documentos históricos invitan a sumergirse en los relatos del pasado. Antiguos modelos de barcos reposan en vidrieras o colgados en cuadros de sus paredes, y son testimonios silenciosos de la destreza y valentía de aquellos que navegaron y combatieron en nombre de esta Nación.

El Departamento no sólo es lugar de acopio e investigación, sino también de homenaje a los marinos que forjaron el destino de nuestra Patria en el mar. Cada objeto, documento, imagen, o escrito, cuenta una historia que traspasa las barreras del tiempo, por ello la importancia de preservar la herencia naval.

En este espacio de conocimiento, habita la tradición que trasciende generaciones. Abajo –donde se encuentra el archivo-- está Rita Catrihual, la primera y única archivista de profesión del Departamento de Estudios Históricos Navales.

Nacida el 4 de mayo de 1967 en la ciudad de Quilmes, Zona Sur del Gran Buenos Aires, Rita es casada, tiene dos hijos y tres nietas, y actualmente vive en Avellaneda.

Estudió en el Colegio Normal de Quilmes, luego realizó la carrera universitaria de Teología en la Universidad Católica Argentina y años más tarde, decidió realizar la tecnicatura como archivista en La Plata, en el Instituto Superior de Formación Técnica Nº 8, sede 50.

Antes de trabajar en la Armada Argentina, Rita nunca había tenido contacto nivinculacióncon la Institución. “Ingresé hace 15 años por una convocatoria en un listado de divulgación en el que buscaban archivista para Casa Amarilla”.

Sus actividades van desde armar una oficina, conseguir material y cajas especiales, y dedicar muchas horas de trabajo a los archivos. “La lectura debe ser rápida, en diagonal, y tenemos que evitar la distracción. Por ejemplo, describir 300 cajas de documentos --papel por papel-- nos ha llevado alrededor de un año y medio”, detalla la Agente Civil.

“Soy fanática de mi país y trabajar en una Institución así es un orgullo. Siento que es muy importante porque los documentos que he visto de batallas y combates han sido parte de nuestra Independencia”, manifestó y agregó que trabajar en la Armada la había formado y forjado intelectualmente para adquirir capacidad de análisis y descubrir cosas nuevas.

“La Armada Argentina es el corazón de la identidad nacional. Es un ámbito especial, y posee un archivo histórico que nos caracteriza e identifica de otros países”, destacó la archivista.

Respecto a su trabajo señaló que requiere de objetividad en el análisis de los documentos: “Considero que la subjetividad desfigura la historia. Como archivista hay que hacer un esfuerzo muy grande por ser objetivo en el análisis del documento que uno lee. Las interpretaciones les tocan a otros, no al archivista”.

Rita cuenta que más allá de las figuras y personajes históricos, lo que me más ha marcado su trabajo fueron los procesos históricos de la Marina de Guerra. Entre ellos las exploraciones a los ríos, como el Limay, o las exploraciones a la Patagonia, “son heroicas”, asevera y añade: “Todavía me sigo preguntando ¿Cómo hicieron para realizarlas en aquel entonces?, ya que no tenían el mismo desarrollo industrial para navegar ¿Cómo hicieron para aventurarse en ríos o mares que desconocían dónde terminarían? Me imagino las peripecias por las que habrán tenido que pasar y ni hablar de las primeras expediciones a la Antártida”.

A través de su trabajo ha conocido la historia de la Institución y reconoce su funcionamiento y evolución. “Uno puede conocer todo el desarrollo de la Armada leyendo estos documentos, y quedé fascinada”.

Las fotografías e imágenes la apasionan a la hora de investigar. “Las fotos desafían a la investigación, no todo está en internet y las plataformas de búsqueda. En el período con el que he trabajado, que va desde los años 1956 al 1968, uno tiene la historia de la Armada compilada y comprimida de manera excepcional”. Las fotos registran innumerables ceremonias y actos oficiales, muchos de los cuales fueron presididos por los presidentes de ese momento.

Cuando Rita llegó a ese Departamento, hace 15 años atrás, nadie había realizado un trabajo de archivo, es decir, el tratamiento archivístico de los papeles.“Empecé de cero, con una libreta y una birome”.

 “Una de las misiones del departamento es la investigación y la publicación en base a los papeles, es así que he limpiado y mantenido en orden para que no se deterioren, documentos de períodos históricos entre el 1800 y 1900, para que otras personas puedan tener acceso a ellos”. Con guantes, guardapolvos y varias mesas para clasificar efectuó ese arduo trabajo.

Hoy, quince años después de sus primeros pasos, agradece a la Institución el hecho de haberle abierto sus puertas, y considera un regalo haber sido la archivista de tanta historia. “Agradezco la confianza depositada en todo el trabajo realizado. Si bien tengo el título, la formación y la experiencia para hacerlo, creo que es muy importante la confianza que le otorgan y poder trabajar con libertad”.

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