- 28 de noviembre de 2024
La eliminación de Quilmes AC en el Reducido de la Primera Nacional no solo significó el cierre de una temporada deportiva con resultados por debajo de las expectativas, sino que también abrió un período de tensión interna en la dirigencia.
En el centro de la escena se encuentra la relación entre el presidente Mateo Magadan y el vicepresidente Lisandro López, que atraviesa su momento más crítico sin retorno.
REUNIÓN CLAVE Y DIFERENCIAS MARCADAS
El pasado miércoles, referentes de las agrupaciones políticas que conforman el oficialismo (Negros, Celeste y ex Pasión Cervecera) se reunieron para analizar el panorama post-temporada. Durante el encuentro, el presidente Magadan expresó su postura contraria a la continuidad de López, dejando en evidencia las diferencias internas. Aunque se habla de posturas divididas, desde el entorno dirigencial descartan que esto implique una ruptura con la agrupación Celeste.
Magadan vetó la continuidad de López en el manejo del fútbol; sin embargo, Sebastián Sierra continuará y el diálogo sigue abierto por intermedio de Gastón Vázquez, (referente de “los Celestes”).
El contexto deportivo parece haber sido el detonante de estas diferencias, y en la institución aseguran que el foco sigue puesto en trabajar por el bienestar del club. Sin embargo, las posturas personales encontradas generan tensión sobre el futuro inmediato del oficialismo, especialmente en un año preelectoral como 2025.
LA OPOSICIÓN OBSERVA SIN INTERVENIR
Mientras el oficialismo lidia con estas tensiones internas, los sectores opositores prefieren mantenerse como espectadores de los acontecimientos. Por el momento, no han realizado declaraciones públicas y observan de cerca la evolución de las conversaciones dentro de la alianza que gobierna la institución.
ELECCIONES 2025: EL GRAN DESAFIO
A las puertas de un nuevo proceso electoral, Quilmes AC enfrenta el desafío de equilibrar su situación deportiva con la necesidad de estabilidad dirigencial. Los socios, que elegirán a las nuevas autoridades en 2025, esperan que las tensiones actuales se traduzcan en decisiones que fortalezcan el proyecto institucional.
En este escenario, el oficialismo tiene el reto de demostrar que las diferencias internas son solo una fase de debate y que el enfoque sigue siendo el crecimiento del club. La pelota, ahora, está en el terreno político, pero con el mismo objetivo: que Quilmes vuelva a ser protagonista.
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