- 07 de marzo de 2022
Un hombre que había sido excluido de su hogar tras una denuncia de su esposa por violencia familiar irrumpió armado en una Defensoría Civil de Florencio Varela y mantuvo como rehenes durante tres horas a dos empleados judiciales, hasta que se entregó.
El fiscal a
cargo de la causa, Hernán Bustos Rivas, dijo ayer a la prensa desde el lugar
del hecho que el hombre quedó detenido y que los rehenes fueron liberados
"sanos y salvos", aunque detalló que uno de ellos, una joven empleada
judicial, sufrió algunos cortes leves que el agresor le produjo mientras la
mantenía bajo amenazas.
"Se lo
logró deponer al delincuente mediante un gran trabajo de los mediadores del
Grupo Halcón", expresó Bustos Rivas minutos después de la detención del
agresor, tras lo cual dio detalles de la dramática situación: "En todo
momento el delincuente amenazó con matar a una chica que tenía sujeta. Durante
las tres horas la tuvo sujeta permanentemente por la espalda sobre su lado
derecho, mientras blandía una cuchilla con su otra mano, que era de tipo
carnicero".
El episodio
se inició aproximadamente a las 10.50 en la Defensoría Civil 24, situada en la
calle General Lavalle al 300, esquina Paz de Florencio Varela.
Fuentes
policiales señalaron que el hombre que mantuvo a los rehenes bajo amenazas fue
identificado como Mario Luis Cáceres (47), quien permaneció encerrado en una
oficina con dos empleados, a quienes amenazó con un arma blanca, estilo
cuchillo de carnicero.
Según
declaró Bustos Rivas, Cáceres "era un hombre violento que había sido
denunciada por su esposa", por lo que fue excluido de su casa y
actualmente pesa sobre él una restricción dispuesta por juzgado de Familia 1 de
Florencio Varela.
"Cuando
él se vio objeto de una restricción, comenzó con el conflicto. Ante esa
situación, vino con una mochila a la Defensoría, en la que tenía una cuchilla,
e ingresó de forma imprevista y tomó de rehén a esas dos personas",
precisó el letrado, quien añadió que "era un día laborable normal" en
la mencionada sede judicial.
En ese
contexto, Bustos Rivas describió con detalle la dramática situación: "En
todo momento tomó como escudo a la chica. La tenía como garantía para sus
exigencias. En un momento, le levantó la remera mientras le apoyaba el filo de
la cuchilla".
Pasado el
mediodía, cuando la toma de rehenes estaba en curso, se hizo presente en el
lugar el Grupo Halcón de la policía provincial, para hacerse cargo de la
situación y negociar con el atrincherado, que tenía un discurso
"delirante".
"No
había una exigencia concreta, lo que hacía dificultosa la negociación. El hacía
un racconto de su vida y de sus padecimientos. él planteaba su derrotero de
problemáticas con su mujer y sus hijos que habían influido para que lo echen de
la casa, pero no pidió por ningún familiar", relató el fiscal.
Además,
Bustos Rivas agregó: "En un momento empezó con un discurso místico,
blandiendo el arma. Sobre un momento de final de las negociaciones, él pasó de
rezar versículos de la biblia a pedir una bordeadora para trabajar".
Finalmente,
cerca de las 14, un grupo táctico del Grupo Halcón redujo a Cáceres, quien
quedó detenido.
Los
rehenes, en tanto, fueron identificados por los mismos voceros como Sebastián
Caballero, quien se desempeña como auxiliar letrado, y Agustina Galuedet,
empleada de la mesa de entrada.
"La
chica tiene heridas lineales, en la espalda. Pero ambos están bien. Están en
perfecto estado de salud y están siendo asistidos y contenidos por psicólogos
del Ministerio de Seguridad" provincial, concluyó el fiscal a cargo de la
causa.
El detenido fue trasladado a la comisaría 1era de Florencia Varela y quedó imputado por "privación de la libertad coactiva" por el fiscal Hernán Bustos Rivas, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 5 de Florencio Varela.
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