- 14 de junio de 2021
La hermana de la comerciante que ayer fue asesinada de al menos 10 puñaladas delante de sus hijos en una vivienda de la localidad bonaerense de Quilmes, aseguró que el femicida, quien se suicidó luego del crimen, vivía amenazando de muerte a la víctima.
“él la
amenazaba constantemente, a veces psicológicamente, la amenazaba de muerte. Mi
hermana siempre decía que no quería morirse”, dijo esta mañana al canal C5N
Marina, la hermana de Lía Aguirre García (32), la víctima de nacionalidad
boliviana.
La mujer
explicó que su hermana estuvo en pareja entre “diez y once años” con el padre
de sus hijos, Mauricio Beltrán Saravia (53), también boliviano, pero que “hacía
un año” que estaba separados porque él se había ido a vivir a “otro país”,
aunque más tarde regresó y amenazó a Lía con sacarle a sus hijos.
Contó que
en algún momento Lía había logrado “con abogados” obtener una orden de
restricción perimetral para Beltrán Saravia pero que luego “como era
manipulador, se hizo el bueno y los convenció de ver a los chicos de buena
manera”.
Beltrán
Saravia y Aguirre García compartían un régimen de visitas con los hijos de
ambos y ayer le tocaba al hombre pasar el día junto a ellos y los fue a buscar
a la casa de su exesposa.
“Pero ayer
vino directamente a matarla”, dijo Marina entre lágrimas, quien además confirmó
que sus sobrinos de 6 y 8 años fueron testigos de todo y que ayer, pese a que
sabían que se había suicidado, los chicos decían sobre su padre: “Nos va a
venir a matar a todos”.
“Esta mañana se despertaron un poquito mejor
pero a cada momento empiezan a llorar y dicen ‘extraño a mi mamá, ¿por qué no
esta?, ¿ha muerto? No se lo podemos explicar, porque ellos vieron todo”, agregó
la hermana de la víctima.
“No hay explicación. Estamos en shock, no
sabemos bien qué pasó, como en un sueño. No sabemos dónde estamos parados.
Necesitamos mucha ayuda”, agregó la mujer, quien pidió asistencia psicológica
para sus sobrinos.
El hecho
ocurrió el domingo por la mañana en un domicilio ubicado en la calle Catamarca
al 3900, del barrio La Cañada, del partido de Quilmes, en el sur del conurbano,
donde la víctima, Aguirre García, residía junto a sus hijos de 6 y 8 años, pero
además atendía un mercado polirrubro.
Personal de
la comisaría 5ta de Quilmes arribó al lugar luego de un llamado de un vecino
que les dijo que los dos niños se encontraban en estado de pánico y decían que
"su padre había matado a su madre".
Ante esta
situación, los policías ingresaron a la casa y hallaron los cadáveres de ambas
personas junto a una pistola marcha Thunder calibre .380, junto a ella, y una cuchilla
con manchas hemáticas.
El caso es
investigado por la fiscal Mariana Curra Samaniego, titular de la Unidad
Funcional de Instrucción (UFI) 6 de Quilmes, quien ordenó el relevamiento de
las cámaras de seguridad que Aguirre García tenía instaladas en la puerta del
local.
De acuerdo
a lo que se pudo reconstruir, por motivos que se intentan establecer, comenzó
una discusión entre ambos, en medio de la cual, el hombre sacó un arma de fuego
y gatilló varias veces hacia la mujer, aunque la pistola se trabó.
Siempre
según las fuentes, el hombre tomó una cuchilla con la que asesinó de al menos
10 puñaladas en el pecho a su expareja, y luego se infligió cuatro puntazos en
la zona del corazón, por lo que se desvaneció y murió en el lugar, todo frente
a sus dos hijos.
La fiscal Curra Samaniego caratuló al expediente como "femicidio seguido de suicidio" y aguardaba para las próximas horas los resultados de una serie de diligencias, entre ellas, el informe preliminar de las autopsias.
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